¿Qué es meditar?

La práctica de la meditación

 

Meditar es entrenar la mente para aquietarla, y conscientemente decidir centrarla. Es la práctica para, a través de la respiración y la consciencia corporal principalmente, llegar a un estado meditativo, un estado de neutralidad y claridad mental. Meditar no es controlar los pensamientos, es evitar que ellos te controlen a ti.

Es llegar a casa cuando sientes que has estado fuera. Es la práctica mediante la cual reconocemos e integramos mente, emocionalidad y cuerpo físico, sintonizándolos. Meditar es limpiar la mente, purificarla, liberarla de condicionamientos, patrones, y por lo tanto conductas, permitiendo quedarnos con las que nos sirven y potencian, y romper con las que nos limitan y estancan.

La meditación trabaja en distintas zonas del cerebro, por ejemplo en el lóbulo frontal que se relaciona con la conducta, produciendo cambios a nivel químico en el cerebro y todo nuestro cuerpo, modificando no sólo nuestra vibración, y por ende nuestro estado emocional, si no también nuestra estructura física.

Meditar es estar en tu centro, en este espacio que te permite observar sin juzgar y responder desde la libertad y la consciencia, y no desde lo automático y lo inconsciente, lo que nos permite, a cada segundo, decidir cómo construir nuestra experiencia, a voluntad y no desde el condicionamiento.


Monkey mind

 

La mente inquieta, que es absolutamente natural en el ser humano, los monjes budistas la describen como la “monkey mind” es como un monito que salta de un lado a otro continuamente, tiene características que siempre serán así, la mente siempre busca calificar, cuantificar, ordenar, busca polaridades, relaciona cosas con otras, y sólo podemos ser conscientes de ello y manejarla, entrenarla, ese entrenamiento es meditar, es aprender y saber tratar a este monito, cultivando la atención plena.

Es desarrollar la ecuanimidad, la cualidad de ser consciente de todo lo que nos rodea, de nuestro ruido interno, de nuestros patrones, de lo externo y lo interno, sin que afecte nuestro centro y nuestra visión, que cada vez se hacen más fuertes, potentes, íntegros y claros con la práctica.

 

Mientras más meditas, más libre eres

 

Tu mente y la realidad exterior están siempre en un constante flujo. Cada segundo, estás creando o construyendo tu realidad con tus pensamientos, y con lo que tomas, con lo que te quedas de tu entorno. Y con el tiempo, desarrollas hábitos, patrones, sobre como piensas, y sobre lo que tomas de lo externo, que la meditación hace visibles y nos hace tomar consciencia de ellos, lo que nos permite la posibilidad y la libertad, de cultivar los que están alineados con nuestros objetivos de vida, y transformar, cambiar y erradicar los que nos entorpecen el camino.

Los seres humanos siempre estamos pensando, cogiendo información y creando experiencias. Meditar es usar esta tendencia de la mente para nuestro beneficio, para crear, construir, una forma sana de vivir, de relacionarnos con nosotros, con los demás, con la vida. Para crecer. Si lo vemos así, entonces meditar también es desarrollar el potencial como ser humano mental, emocional, física y espiritualmente.

La meditación no es mística, ni inaccesible, es para todos. No está reservada para una élite ni para quienes sean parte de religiones o filosofías de vida orientales o alternativas. La meditación es terrenal, y es práctica, y es para todos, independiente de religiones o creencias. Si bien muchas técnicas están inspiradas en tradiciones espirituales tanto antiguas como modernas, no van amarradas a ellas. Puedes meditar simplemente por la motivación de crearte una vida mejor, más libre, más consciente, más simple, más sana, más feliz.

En la sección de recursos aquí en la web, tienes audios y elementos que pueden ayudarte a integrar la práctica en el día a día.

 

 

 

 

 

 

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